El presidente del Consejo General de Mediadores ha participado en el acto de clausura del día de la patrona del Colegio de Valencia donde ha hecho un llamamiento a la profesión para aprovechar la oportunidad que da la asesoría financiera para mejorar el negocio y captar nuevos clientes.
Durante su intervención, Javier Barberá ha afirmado que “hoy se han incrementado las exigencias, no solo las que hacen referencia al control administrativo sino las que se refieren a las nuevas oportunidades de negocio y a las nuevas capacidades que exige nuestra actividad”.
“En nuestro tiempo, según Barberá, la sola posesión de una cartera ya no es suficiente ni justifica el derecho a dirigir un negocio, aunque sea la pieza fundamental. Únicamente la cualificación y el servicio otorgan el derecho a resolver las necesidades que los clientes nos plantean”.
El cambio de las premisas para la eficacia de nuestra actividad va acompañado de un cambio radical en la postura del mediador ante su trabajo profesional. “Me refiero especialmente, ha remarcado Barberá, a nuestra labor como asesores y, en este momento crucial, como asesores financieros. El valor de la mediación va a ser determinante para un usuario que necesita soluciones aseguradoras y de rentabilidad”.
Javier Barberá ha recordado que “las compañías están aumentando su papel como motores de desarrollo de la gestión de activos y la mediación no puede, ni debe, quedarse atrás. Frente a la falta de confianza que puede provocar la banca, el sector asegurador, mucho más valorado, y especialmente el mediador, son la alternativa más atractiva para el ahorrador y el inversor.
“Todas las ventajas que ofrece el sector en gestión de activos necesitan contar con el acompañamiento de un asesor que ofrezca una propuesta personalizada, ayudando al cliente a ser fiel a su perfil de riesgo para evitar vaivenes y que explique con transparencia las alternativas. Eso solo se consigue, concluye Barberá, con formación, especialización y mucha dedicación”.